Es fundamental clasificar correctamente las mercancías de acuerdo con los sistemas de clasificación internacionalmente reconocidos, como el Sistema Globalmente Armonizado (GHS) y la Normativa sobre el Transporte de Mercancías Peligrosas de las Naciones Unidas (UNRTDG). Además, se deben etiquetar los envases de forma clara y visible para indicar el riesgo que representan.

Es necesario contar con una documentación detallada y precisa que acompañe a las mercancías durante todo el proceso de transporte. Esto incluye el uso de la Declaración de Mercancías Peligrosas (DGD), donde se describen las características y riesgos asociados a la carga.

Tanto los conductores como el personal involucrado en el transporte de mercancías peligrosas deben recibir una capacitación adecuada. Esto implica conocer los protocolos de seguridad, los procedimientos de emergencia y las regulaciones específicas aplicables a cada tipo de carga peligrosa.

Las mercancías peligrosas deben ser embaladas correctamente en envases adecuados que cumplan con los estándares y regulaciones pertinentes. Es fundamental seguir los procedimientos de manipulación segura, incluyendo el uso de equipos de protección personal y la adopción de medidas para prevenir fugas, derrames o cualquier otro tipo de accidente durante la carga, descarga y transporte.

Se debe planificar cuidadosamente la ruta y el modo de transporte, considerando factores como la distancia, las condiciones del camino, las restricciones legales y las condiciones climáticas. Además, es importante mantener las condiciones adecuadas para el transporte de mercancías peligrosas, como la temperatura controlada o la ventilación adecuada.

Es fundamental cumplir con todas las regulaciones y normativas locales e internacionales relacionadas con el transporte de mercancías peligrosas. Esto incluye obtener los permisos y autorizaciones requeridos, así como cumplir con los plazos de notificación y las inspecciones obligatorias por parte de las autoridades competentes.